El control sobre la eyaculación

Muchos hombres creen que deberían tardar en eyacular. Sin llegar a padecer un problema de eyaculación precoz consideran que todo sería más agradable, tanto para ellos como para sus parejas sexuales, si tuviesen un mayor dominio sobre su eyaculación. y no andan desencaminados. Cada persona es un mundo y para satisfacer sexualmente a diferentes personas puede que haya que hacer diferentes cosas. Sin embargo, un ratito extra de coito vienen bien a casi cualquiera.

Lo primero que debemos saber para controlar un poco mejor la eyaculación es que para cualquier acto que suponga mejorar nuestra vidad sexual, es necesario, primero, conocer cómo es nuestro cuerpo y cómo funciona. El cerebro es le músculo que mayor importancia tiene en las relaciones sexuales. Empezar por ahí siempre es una buena idea.

Popularmente se suele hablar de pensar en algo poco excitante cuando se aproxima el momento de la eyaculación para que, su efecto, retraiga nuestra estimulación y, de este modo, evitar la eyaculación. Este método no es ni eficiente ni, en absoluto, recomendable, por más que sea frecuentemente usado.

Hay que saber que en la fase de mayor excitación el esperma se encuentra entre dos accesos cerrados. Uno lleva a la vejiga  y el otro a la uretra, es dedir, fuera del cuerpo. Cuando llega el punto en el que notamos que vamos a eyacular pero aún sentimos que estamos a tiempo de evitarlo podemos realizar algunas técnicas para retardar la eyaculación. Las más recomendables son las que consisten en parar por unos segundos la estimulación física y sin soltar el pene, proceder a disminur el ritmo. Así, parando apenas 2 ó 3 segundos, podemos retrasar la eyaculación sin haber perdido excitación por nuestra parte y habiendo pasad prácticamente desapercibido por parte de nuestras paeja.

Algunas técnicas que consisten en controlar el nivel de ansiedad a través del control de la respiración suelen ser muy eficaces combinadas con la técnica de parada y arranque explicada anteriormente. Los ejercicios para la musculación del suelo pélvico también se constituyen en un elemento muy a tener en cuenta a la hora de complementar la técnica descrita. Los cambios de postura y la aplicación de lubricantes y/o preservativos retardantes también pueden contribuir a alcanzar nuestro objetivo.

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