Que los besos son importantes en la relaciones sexuales, a pesar de parecer obvio, no es algo que, en la práctica, esté tan extendido. Sin embargo, y a pesar de ello, forman parte del erotismo de una forma innegable. De hecho, pocas situaciones eróticas recordará nuestra memoria con tanta intensidad como los primeros besos. Nuestra memoria sensorial, cuando buscamos en ella, entre las sensaciones mejor recogidas, sin duda, recuerda las que nos proporcionan los primeros bemol que nos dimos con las que fueron nuestras parejas. Ya sean más ocasionales o más formales.
En realidad, no sólo los besos, el resto de juegos preliminares, es decir, las caricias, los susurros, los masajes, así como cualquier otro prolegómenos, son fundamentales para que el organismo de ambos participantes vaya adaptándose, progresivamente al encuentro sexual al que preceden. Nada garantiza tanto la calidad de la sesión de sexo como unos preliminares buenos, sin prisas, antes del coito.
En realidad, la presencia de los besos no debe ser exclusiva de los juegos previos. Durante el coito e, incluso, después de él, su función sigue siendo más que beneficiosa para el buen discurrir de la sesión sexual. Es conveniente adaptar la intensidad de los mismos al momento de la relación en que nos encontremos. Por ejemplo, para el comienzo del encuentro sexual, está bien reservar un poco el uso de la lengua y no comenzar con ella sino con los labios muy suavemente, como si se estuviese acariciando los labios de nuestra pareja con los propios.
Para los momentos más ardientes, más pasionales y ya en medio del coito, está bien que la lengua se desate y, casi con violencia, explore la boca y lengua la otra persona. Tampoco está de más que , de cuando en cuando, recorra diferentes zonas erróneas como cuello, orejas o pezones. Resulta especialmente interesante que la forma y la intensidad de los besos se vaya adaptando a la intensidad y el ardor del momento que estamos experimentando.
Los besos, por sí mismos ya resultan gratificantes. Pero combinados con otras acciones pueden llevar a ser absolutamente sublimes. Investigar sobre el maridaje de los besos con otras acciones es una buena idea para explorar y hacer explorar nuevas sensaciones en cuestiones sexuales.