Fases de la respuesta sexual

Cuando hablamos de la respuesta sexual, en realidad, lo estamos haciendo de las fases que, desde un punto de vista fisiológico se suceden a lo largo del proceso que se da en toda relación sexual. Hoy vamos a detenernos en ver cada una de estas fases. Veremos cuáles son los desencadenantes de cada uno de los pasos que se suceden en la respuesta sexual humana en los tiempos medios de una relación sexual normal.

La respuesta sexual comienza en la denominada fase de excitación. La duración puede llegar a ser muy diferente entre diferentes personas e, incluso, entre la misma persona en diferentes contextos, con diferente compañía o, simplemente, en diferentes circunstancias. Puede venir determinada por los propios pensamientos, por el acercamiento físico a otra persona, por supuesto por las caricias, los besos, los tocamientos o cualquier otra fuente de excitación interna o externa. En la mujer, destaca la lubricación que se produce en su cavidad vaginal así como la expansión de la propia vagina, el clítoris y los labios mayores y menores. En el caso del hombre, lo más significativo es la erección del pene y el agrandamiento testicular. En ambos casos, sube el ritmo cardiaco de forma significativa.

La segunda fase en la respuesta sexual es la llamada fase de meseta. Su duración puede ser muy variable, desde apenas unos minutos hasta, incluso, algunas horas. Es provocada por la estimulación del pene, en el caso del hombre, y de la vagina o del clítoris, en el caso de la mujer. En el caso de las mujeres, cuando esto sucede se produce la contracción de los músculos pubocoxígeos, lo que hace que se contraiga la vagina y, así, presiona al pene en su entrada. En el caso del hombre se aumentan los parámetros de excitación liberando gotas de líquido preseminal.

La fase del orgasmo es la tercera de las fases de la respuesta sexual. Apenas dura unos segundos. Es provocada por una situación continua de excitación y se produce una vez finalizada la etapa de meseta. En la mujer, se suelen producir contracciones rítmicas en pequeños intervalos. En el caso de los hombres, se producen sensación de contracciones tanto en el pene como en el ano. Además, por norma general se produce la eyaculación de semen.

Por último, se produce la fase de resolución que deuda unos pocos minutos. Viene dada por el fin del reflejo producido por el orgasmo. En las mujeres se completa la relajación muscular y en el caso del hombre, además, se produce un periodo refractario de varios minutos en los que no es posible una nueva excitación sexual.

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