Sexo de cine

Todos tenemos derecho a tener un sexo de cine. Puede que no nos inviten a pisar la alfombra roja en las grandes galas de cine, pero eso no nos quita el derecho de sentirnos verdaderas estrellas cuando, de nuestra vida sexual, se trata. Es cierto, no siempre nos sentimos así pero podemos recurrir a las mejores escenas sexuales del cine convencional para inspirarnos y que nuestro tener auténtico sexo de cine.

Si tenemos que empezar a hablar de sexo de cine, nada mejor que hacerlo con la archiconocida «50 sombras sombras de Grey». A nadie ha dejado indiferente la película basada en la novela homónima. Es cierto que las expectativas que había generado la película antes de su estreno puede que hayan supuesto una decepción a los que esperaban sexo, sexo y más sexo. Sin embargo, es cierto que el nivel erótico de determinadas escenas bien nos pueden valer para inspirarnos unas cuantas sesiones de sexo casero.

«Instinto básico» es otro de los clásicos en lo que a escenas sexuales se refiere. un seco de cine no se concibe sin las maravillosas interpretaciones de Sharon Stone y Michael Douglas en la gran pantalla. Sexo salvaje con resultados extremos. Buena combinación, al menos para el cine. La escena en la que ambos mantienen sexo en un cuarto con el techo de espejos es completamente mítica. En casa, probablemente no contemos con habitaciones con techos forrados de espejos. Nuestra versión casera puede basarse en fornicar frente a un espejo de cuerpo entero.

El trío que se marcan Javier Bardem, Penélope Cruz y Sacarlett Johansson en «Vicky Cristina Barcelona», del genial Woody Allen, es, probablemente, uno de los más electrizantes encuentro sexuales de cuantos se hayan mantenido con un sexo de cine. La escena en el laboratorio de fotografía en la que Penélope y Scarllet se acarician manos y cara para terminar besándose es algo muy excitante, sin duda. La versión casera es introducir a alguna persona en nuestra relación sexual de pareja. Ni que decir tienen que si puedes hacer que esta persona sea Scarllet, Pé o, incluso, Javier, todo fluirá con mayor naturalidad.

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