La libido es ese deseo delicioso dentro de nosotros de buscar el placer físico, emocional y sexual y la liberación orgásmica. El amor nos empuja a acercarnos a nuestra pareja deseada. El amor nos ayuda a sentirnos invencibles, como si pudiéramos vencer todos los obstáculos y superar todas las dificultades. Pero el dolor puede detenernos en seco.
El dolor a veces se ha denominado el quinto signo vital. Cuando sentimos dolor, especialmente agudo, punzante, espasmódico e intenso, la mayoría de nosotros solo podemos concentrarnos en una cosa: aliviar o deshacernos del dolor. De vez en cuando, después de un intenso entrenamiento atlético, después de una caída o lesión inesperada, podemos experimentar un dolor temporal que hace que evitemos la intimidad sexual por un breve período de tiempo. Y, por lo general, nuestra relación no sufre una pausa tan breve.
Pero, ¿qué sucede cuando el dolor se convierte en la norma, cuando nuestro cuerpo duele más o incluso todo el tiempo? ¿Qué sucede cuando tenemos dificultad para girar la cabeza, doblar la columna o las rodillas o sostener el peso de nuestro cuerpo con los brazos? ¿Qué sucede cuando un fuerte dolor corporal bloquea nuestro deseo de tener relaciones sexuales?
Cuando nuestro cuerpo grita de dolor, el deseo sexual no suele ser una prioridad muy alta. Lo que anhelamos y necesitamos es encontrar una manera de aliviar el dolor. Aquí es donde el amor y la crianza pueden ayudarnos a superar todos los obstáculos. Una pareja amorosa puede tocar, masajear y calmar nuestros músculos, articulaciones o el dolor general.
A veces, un baño caliente o un jacuzzi ayudarán a realzar su pasión, especialmente si comparte la experiencia. El agua tibia y las sensaciones vibrantes pueden ayudarlo a usted y a su pareja a experimentar el deleite sensual.
Ponte en movimiento. A veces, el dolor comienza a disminuir a medida que caminas, te estiras y haces que la circulación fluya hacia las partes doloridas del cuerpo. A veces, el descanso, la relajación y el sueño son las mejores soluciones. De hecho, si a esto le unimos una alimentación sana y equilibrada, ya lo tenemos todo.