La depilación del vello genital, parece que, de un tiempo a esta parte, es algo que se ha puesto de moda. Parece que es tendencia aquello de lucir los genitales libres de todo tipo de pelos. ¡Dónde habrá quedado esa época en la que lucir pelambrera era la única opción posible en lo que al pubis de las mujeres se refiere! Sin duda, esos tiempos han pasado a mejor vida. Al menos, por ahora. Parece que a los ciudadanos del siglo XXI no nos gusta el vello genital.
La mayoría de las mujeres, al menos las que se manifiestan al respecto, parece que optan por depilar su vello genital con cierta priodicidad. Algunas dejan una pequeña muestra pero poco relevante y son minoría las que abandonan la depilación púbica en benficio de la frondosidad generosa de la melena. Con respecto a esto, hemos de afirmar con rotundidad que no se trata, como algunos talibanes de esta moda sostienen, de una cuestión de higiene. Una persona con el vello púbico largo puede observar el mismo o mayor nivel de higienen que otra que ha decidido hacer desaparecer todo rastro de pelo en su cuerpo. El pelo cumple su función y puede estar perfectamente aseado y, en absoluto, resultar algo antihigiénico.
El vello genital es, en priemr lugar, una clara señal de que la madurez sexual ha llegado. Hombres y mujeres tienen en esta cuestión una muestra evidente de que se ha llegado al momento de la verdad, en lo que al sexo se refiere. Quizás sea ésta la primera función del vello púbico. Pero son más las funciones que cumple. Ayudaba a guardar el calor corporal cosa de la que, lógicamente, nuestra era no precisa. Pero, además, en el caso de las mujeres, evitaba la entrada a la vagina de cualquier tipo de agenta patógeno que provocase irritaciones o. incluso, algún tipo de infección.En cualquier caso, la depilación del vello genital no deja de ser una cuestión de modas. De la misma manera que los bigotes o las barbas hipster vinieron, se fueron y volvieron a venir, el asunto del pelo púbico, que no dude nadie que será tendencia en uno y otro sentido de forma cíclica. Y si no, al tiempo.