Ha llegado el momento de hacer recuento de algunas de las pasiones eróticas que, probablemente, hayan pasado por rle imaginario sexual de muchos de nosotros. Se trata de deseos íntimos que no siempre son satisfechos pero que de una manera o de otra son capaces de provocarnos una buena dosis de erotismo. Vamos a hacer un primer acercamiento a algunas de las pasiones eróticas más excitantes y, por qué no, más morbosas. Advertimos, desde ya, que no todas tienen por qué ser políticamente correctas.
Una de las pasiones eróticas más revolucionarias, quizás, será la actirastia. Se trata de la excitación sexual que a algunas personas les produce la exposición directa a los rayos del sol. Somos muchos los que, tras haber disfrutado de un buen baño de sol en la playa, probablemente también tras comprobar los jóvenes cuerpos femeninos que la frecuentan, precisamos de sumergirnos en el agua para evitar que se nos note la erección. Existen otras soluciones pero las dejamos abiertas a la imaginación de cada cual.
La acrofilia es la excitación que a lagunosa personas le producen los lugares altos. Son muchas las personas que disfrutan con este tipo de pasiones eróticas. Algunos lo hacen en solitario y otros en pareja. Curiosamente, los helicópteros, los pisos altos de los rascacielos o, in causo, los andamios de obra colocados en altos edificios son algunos de los lugares que este tipo de personas prefieren para masturbarse.
Otra de las actividades que mayores pasiones eróticas son capaces de despertar es la agonofilia. Consiste en la excitación que produce la lucha con tu pareja. El nivel de intensidad que cada cual lo quiera dar a su encuentro sexual depende de los gustos de cada cual y de los acuerdos a los que haya llegado con su pareja. Sin embargo, siempre con los límites establecidos previamente, se trata de una de las actividades sexuales más excitantes de todas aquellas que se salen de lo habitual.
La alveofilia es otra de las pasiones eróticas que una persona puede alcanzar. Consiste en al atracción que algunos sienten por mantener relaciones sexuales en una bañera. Cuando, además, el coito se realiza dentro de la bañera que, a su vez, está repleta de agua, estamos en una práctica que recibe el nombre de coitobalnismo.