El sexo y la obesidad

La obesidad es una situación no deseable para nadie. En realidad, el problema que genera el exceso de kilos es que resulta algo completamente insano. La salud de una persona que tienen muchos kilos de más es más débil y le hace exponerse a un mayor riesgo de padercer enfermedades y accidentes cardiovasculares. Por ello, lo primero que debe hacer una persona con obesidad es hacerse consciente de la situación que atraviesa y ponerse en marcha en busca de una vida saludable con una dieta adecuada y con algo de ejercicio en su vida. Sin embargo, una persona obesa, en ningún caso, ha de renunciar al sexo, ni antes ni durante el proceso de pérdida de peso.

Hasta que se consigue el objetivo de bajar el peso suficiente como para poder llevar una vida sana y saludable, rebajando considarablemente el riesgo de accidente cardíaco, cuando se practica sexo, resulta recomendable utilizar algunas de las técnicas sexuales más adecuadas para las personas que sufren obesidad. En realidad, estas técnicas son conocidas por todos y solo buscan simplicar las acciones para evitar esfuerzos innecesarios.

Algunos médicos afirman que si el hombre es el que padece la obesidad, dificilmente puede llevar a cabo la posición del misionero. De hacerlo, lo más prbable es que no fuese capasz de alcanzar el objetico. Cuando es la mujer la que padece la obesidad y esta está especialmente acentuada en los muslos, abdomen y cintura pélvica, lo más probable es que no se trate de una buena técnica. Así que, en los casos mencionados, resulta recomendable olvidarse de esta conocida postura. Si la situación no es ninguna de las descritas, probablemente sí sea una buena opción.

El misionero, sin embargo, puede ser recomendable para personas con obesidad adaptándolo ligeramente a la situación de los participantes con sobrepeso. Si es ella la que cuenta con obesidad, es recomendable que sus peirnas estén fleionadas y sus muslos lo má separado posible. Con las rodillas dobladas, de tal forma que exponga tanto la vulva como la vagina. Si existe barriga, siempre se puede levanzar la región púbica con algún objeto como una almohada o unos cojines.