La masturbación

La masturbación es el acto de la estimulación de los órganos genitales, manualmente o por medio de objetos, con el objetivo de obtener placer sexual, seguido o no de orgasmo, siendo una práctica sexual no penetrativa. Puede ser autoaplicada, cuando lo que promueve la estimulación es el mismo que la recibe o puede ser aplicada a una persona diferente, cuando lo que promueve la estimulación lo promueve otra persona. El término «masturbación» fue usado por primera vez por el médico inglés y fundador de la psicología sexual, el Dr. Havelock Ellis, en 1898.

La masturbación se observa en muchas especies de mamíferos, especialmente en los grandes primates. En la especie humana, la masturbación es común en ambos sexos y en una amplia franja de edad, iniciándose al inicio de la pubertad, o, según algunos, aún durante la infancia, pero sin la carga erótica en esta fase. El acto de la masturbación es socialmente condenable en algunas culturas, aunque no es una enfermedad ni causa enfermedades. Sin embargo, a principios del siglo XX, surgieron nuevos estudiosos como Sigmund Freud, Kraft-Hebing y Havelock Ellis, con nuevas líneas de pensamiento que llevaron a una visión diferente de la masturbación.

A finales del siglo XX se creó un consenso por profesionales de la salud de que la masturbación es sana, y con el advenimiento de la especialización académica de la sexualidad, el acto es defendido por especialistas como parte del desarrollo sexual de una persona normal.
Recientemente, estudios han demostrado que la masturbación puede prevenir el cáncer de próstata y aliviar los síntomas de la depresión. La masturbación frecuente, particularmente a los 20 años, ayudaría a los hombres en ese sentido, de acuerdo con un estudio publicado en la revista «New Scientist».

Según científicos australianos, cuanto más se masturban los hombres entre los 20 y los 50 años, menos posibilidades hay de un tumor prostático se desarrolle. Se sospecha que la eyaculación frecuente previene la formación de carcinógenos en la glándula, pues el semen es rico en sustancias como el potasio, el cinc, la fructosa y el ácido cítrico. Los estudios con resultados en este sentido son muchos y de muy diferentes procedencias.

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