El fetichismo de mamas, o de pechos de mujer, es precisamente eso. Se trata de un especial interés sexual por los pechos de una mujer. Puede que se trate de un interés general o, por el contrario, de un interés particular por aguna característica concreta. El interés por los pechos grandes es, sin duda, el más frecuente de los fetichismos de mamas.
El fetichismo de mamas parece totalmente inofensivo a priori, ya que, aparentemente, nadie sale perjudicado por él. Sin embargo, cuando el comportamiento es demasiado obsesivo peude llegar a ofrecer problemas de caracter psicológico. En estas ocasiones puede llagar a converterise en una filación tal que acabe por ser el único medio de desperatr el deso sexual.
Son muchas las partes del mundo en las que las mamas grandes son símbolos de atracción sexual. Sin duda, este tipo de filia es favorecida permanentemente por la industria de la publicidad. A menudo vemos en televisión cómo casi todo está promocionado por señoras de grandes pechos. Sin duda, deben pensar que las decisiones en casa las toman los hombres. No sé cómo de real será esa afirmación.
Añlgunas estrellas del porno no han dudado en operar sus pechos para agrandarlos. Son muchos los casos y muy variados. Existen las estrellas del porno que han agrandado sus pehos porque eran demasiado pequeños, otras porque la edad y la gravedad ya estaban empezando a ejercer su trabajo y, en el peor de los casos, existen las actrices que han exagerado sus medidas de pecho hasta límites realmente sorprendentes. Público, desde luego, hay.
Sin embargo, las parafilias relacionadas con los pechos, no solo tienen que ver con los senos grandes. Existen parafilias de mamas para todos los gustos. La ya comentada por los pechos grandes. También tenemos, pro supuesto, su contrario, la parafilia por los pechos pequeños. El mundo del pezón también es bastante capaz de generar diferentes parafilias. Y, por supuesto, las aureloas, también. Existen parafilias también por las formas de los pechos. El número de variantes de las parfilias de mamas, sin duda, es enorme. Tan grande como el número de personas.