El curioso misterio de las fotopollas

El curioso misterio de las fotopollas está inundando Internet. Son muchos los fenómenos que se van sucediendo por la Red. Es inevitable que un mundo tan inmenso como el cibernético se llene de modas más o menos pasajeras. Sin embargo, esta, la moda de las fotopollas, está durando mucho más de lo que suelen durar estas cosas.

Por si alguien no está familiarizado con fenómeno de las fotopollas, aclararemos que se trata del envío de fotos de penes a usuarias de diferentes redes sociales o canales de comunicación de diversa índole sin la petición previa de esta persona. En algunos casos, sin que ni siquiera exista una previa conversación que pudiera justificar el envío de la imagen.

Pues resulta curioso por lo menos. Abres tu correo, o tu red social o los mesajes de la web de clasificados que sea y encuentras una foto con la polla de cualquier desconocido. Una cosa es importante señalar. A mí lo más curioso no me resulta el miembro fotografiado. Si se tratase de una teta o una rodilla, probablemente me sorprendería igualmente. Lo que más curioso me resulta es que ni ha existido una petición previa ni una conversación que justifique este envío.

Pero lo que realmente me confunde es tratar de encontrar la satisfacci´n que auna persona le puede lelgar a causar enviar una fotopolla a otra persona cuando no va poder ver su reacción. Puede que esperen una repuesta similar. Es posible que esperen que su fotopolla sea contestada con una fotocoño. O, quién sabe, quizás con otra fotopolla.

Desde este espacio somos muy pero que muy aficionados al sexo. De eso no cabe duda. No somos sospechosos de ser mogigatos, ni mucho menos. Precisamente por eso, afirmamos que un pene fuera de contexto no es gracioso. Sinceramente, pensamos que las fotopollas cierra más piernas de las que abre.

Puede que las fotopollas actuaes sean la versión moderna del clásico exhibicionismo. Una actualización de la gabardina que esconde su erecta sorpresa. Sin emabrgo, en la versión clásica, la interacción es presencial. El origen del placer obtenido por el exhibicionista se entiende mejor.

No estaría de más que los aficionados al envío de las fotopollas nos ilustraseis al resto del mundo con las motivaciones que os llevan al envío de este tipo de imágenes.

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