Lo que debes saber sobre hipererotismo

El hipererotismo, según definió Richard Von Kraff Ebing a finales del siglo XIX, consiste en un vigor anormal de las sensaciones sexuales. En realidad, es  lo que conocemos vulgarmente como un estado de hipersexualidad. Sin embargo, los límites del hipererotismo no están aún definidos. Ni en un sentido ni en otro. En cualquier caso, lo más importante es aclarar cuando hablamos de hipererotismo, hablamos de lo que antes llamábamos  ninfomanía o satiriasis.

La ninfomanía, como ya sabemos, es un trastorno sexual que se da, únicamente, en mujeres. Se caracteriza por el desarrollo de determinados problemas a nivel psicológico. Estos, derivan de la obsesión por el sexo. Una característica fundamental es  una libido tremendamente activa.

Si hablamos de satiriasis, nos estamos refiriendo a un trastorno idéntico al anterior, solo que en este caso está referido a los hombres. El debate, a día de hoy, está centrado cómo determinar a partir de qué punto podemos diagnosticar hipererotismo con una seguridad total.

Diagnosticar hipererotismo es una misión muy complicada. Hemos de saber que el deseo sexual varía muchísimo de una persona a otra. Esto es así. Es más, dentro de la misma persona, la variabilidad de la libido puede ser elevadísima en circunstancias diferentes. Como leen. Es por eso que lo que es mucho para uno puede ser poco para otro. De ahí la dificultad de diagnóstico.

Una de las cuestiones más curiosas de las relacionadas con el hipererotismo es que no conocemos cuales pueden ser las causas que originan la aparición de este problema. En algunos casos se ha documentado que el origen podría estar en el consumo de determinados medicamentos. Sin embargo, no es algo que se pueda extrapolar a un porcentaje significativo de los casos que aparecen. Ni mucho menos.

El consumo de alcohol y drogas, sin ser determinantes, pueden influir negativamente en la aparición de este tipo de trastorno. Especialmente si se combina con determinados fármacos.  Determinados trastornos psicológicos de otra naturaleza también puedne ser un elemento que influya en la aparición  del hipererotismo. Esto resulta especialmente significativo si se tienen en cuenta que, en contra de lo que se pensaba, este problema no es una adicción sino un comportamiento obsesivo compulsivo.

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