El mundo de las erecciones

Si hablas con la mayoría de los adolescentes, descubrirás que sus erecciones parecen tener una mente propia. Aparecen cuando menos se espera o quizás en el momento menos oportuno. Pero para muchos hombres, lo opuesto puede ser igual de desconcertante. Querer desesperadamente tener una erección en un momento determinado y no encontrar la cooperación del miembro involucrado. Parece que las erecciones pueden ser bastante complicadas y están afectadas por una multitud de factores.


Después de la pubertad, los niveles de testosterona suelen estar en su nivel más alto. Se ocupan en impulsar la competitividad, la agresividad y la sexualidad. Parece que casi cualquier cosa puede desencadenar una erección. Para muchos adolescentes, la masturbación diaria o, incluso, varias veces al día es común. Por supuesto, sin consecuencias adversas.

Después, cortamos a una situación sexual más moderada. Tal vez exista la expectativa de tener relaciones sexuales con una pareja que sea muy atractiva. Tanto que un hombre se sienta ansioso por complacer a su pareja. Si su ansiedad comienza a eclipsar su emoción, puede que no sea capaz de mantener una erección o, incluso, de conseguirla. Una vez que la ansiedad se convierte en el pensamiento predominante, no solo inunda el sistema con adrenalina, sino que deja poco espacio para los verdaderos pensamientos eróticos que impulsan la excitación.

El tipo de respuesta que un hombre recibe a su nivel de excitación también puede influir mucho en el nivel de sus erecciones. O en su capacidad para mantenerlas. Una actitud fuerte, crítica, histérica o exigente por parte de su compañera no solo es insensible, sino que actúa directamente en contra de su excitación y puede empeorar la situación. Cuanto más pueda un hombre continuar centrándose principalmente en lo que encuentra emocionante sin ser presionado por su pareja o por su propia ansiedad ante el rendimiento, mayor será la posibilidad de que tenga una erección con la que esté satisfecho.

Cuando la ansiedad se afianza, la mejor táctica es redirigir los pensamientos de uno a cualquier actividad o estímulo que sea placentero y erótico en el momento. No te preocupes por lo que sucederá dentro de 5 minutos. Solo tienes el control del presente. Del mismo modo, no continúes castigándote por las decepciones del pasado, porque esos momentos han pasado y tienes la capacidad de dar forma a cada momento de manera diferente. En su lugar, elige lo que sea lo más erótico para ti y déjate centrar por completo en esto. El sexo es mucho mejor cuando se trata de «querer» y no de «tener que hacerlo.»

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