Se puede ser romántico sin gastar mucho dinero. Es cierto que es muy fácil dejarse llevar por la gran comercialización del amor y el sexo. Ceder al peso de la televisión y creer que el romance se mide en ramos caros, estadías en hoteles, joyas brillantes y fines de semana en el extranjero. Evidentemente, a todos nos encantan todas esas cosas pero, definitivamente, no es necesario para que tu pareja sepa que la amas. Cualquiera que sea tu saldo bancario, hay maneras de ser increíblemente romántico sin gastar dinero. Dejar pequeñas notas de amor en lugares donde sepa que tu pareja las encontrará es una manera birllante de hacerlo. En su bolsa de maquillaje. Debajo de su almohada. Como marcador en ese libro que están leyendo. En su bolso o billetera. Pueden ser tan románticas o tan sucias como quieras. Lo importante es que contienen sentimientos genuinos condensados en tus propias palabras.
Había algo realmente romántico en los días del correo tradicional de antaño. Escribir una carta a mano, luego enviarla y esperar a que el destinatario la recibiera. Tal vez con una gota de perfume y una nota en el reverso del sobre. Luego está toda la emoción desde el punto de vista del destinatario. Recibir una carta es todo un evento. Algo por lo que emocionarse.
Tamibén puedes sorprender a tu pareja una mañana con una bandeja de desayuno en la cama. Deberías saber qué desayuno prefiere, claro. pero esa información no es demasiado difícil de conseguir. Obviamente, esto solo se aplica si a tu pareja realmente le gusta desayunar en la cama. Sin embargo, no hay nada que te impida simplemente cocinarle un delicioso desayuno u otra comida en cualquier momento. Cualquier día.
Hay trabajos domésticos que todos hacemos y que odiamos hacer. Es posible que hayas escuchado a tu pareja quejarse de una tarea particular. O que haya notado que siempre hacen una determinada lista de trabajos para ayudar a que vuestro hogar compartido sea un lugar más agradable para vivir.
Entra en el estado de ánimo romántico y piensa en cómo puedes facilitarle las cosas. ¿Comparte de manera justa la lista de tareas domésticas o siempre hacen la mayor parte del trabajo? Tal vez podrías darles una semana de vacaciones de tareas como cocinar o lavar la ropa. Ciertamente os pondrá de mejor humor.