Todo lo que sube, baja. Todos lo sabemos. Con la erección sucede lo mismo. Si bien, en general, se acepta que las mujeres pueden tener problemas con el orgasmo, a menudo se espera que los hombres estén listos para comenzar una sesión sexual en cualquier momento. En realidad, los hombres pueden tener tantos problemas como las mujeres.
El hecho de que quiera estar listo para la acción no significa que sucederá a pedido. El estrés y la ansiedad por el rendimiento pueden pasar factura. Eso sucede incluso antes de que te metas en detallar otras cosas que pueden afectar a la erección, incluido el alcohol, los medicamentos recetados y no recetados y un estilo de vida poco saludable. A veces puede ser la forma en que tu cuerpo dice que no estás listo para tener sexo con una pareja también. Lo que sube, baja.
Ya sea por falta de experiencia, inseguridad o simplemente excitación extrema, no hay razón para preocuparse por eso a menos que ocurra todo el tiempo. Los condones retardantes pueden ayudar, o si puedes llegar al clímax más de una vez, espera a que tu cuerpo se recupere y vuelve a intentarlo. La segunda erección, a menudo, durará más que la primera, por lo que algunos hombres se masturban antes de una cita. Hay muchas maneras de complacer a tu pareja con las manos o la boca. Inlcuso un anillo de amor puede ayudar a acelerar su orgasmo.
Del mismo modo, puede haber un momento en que realmente quieras tener un orgasmo, pero no puedes. Esto puede deberse al estrés, ciertos medicamentos, alcohol o una enorme serie de otras razones. Una vez más, a menos que sea un problema regular, no te preocupes demasiado.
Una vez que hayas alcanzado el orgasmo, el pene puede ser demasiado sensible al tacto durante un tiempo. Esto se conoce como el período refractario, pero si le das un poco de tiempo, la sensibilidad debería desaparecer. Usar lubricante puede ayudar a que la segunda vez sea más cómoda al ayudarlo a evitar el roce, pero la regla de oro con el sexo es que si duele, no lo hagas.