Las relaciones sexuales no son solo la inserción del pene erecto de un hombre en la vagina de una mujer. Es más que esta mera definición. Si no fuera por placer, hay muchos otros beneficios como consecuencia de tener relaciones sexuales. Aunque nuestros letores son conocedores de muchos de ellos, si no de todos, hoy vamos a dedicar este espacio a recrearnos en detallar algunos de los beneficios que nos suponen las relaciones sexuales al común de los mortales.
En primer lugar, hemos de decir que las relaciones sexuales son realmente un acto que todos deberían disfrutar. Sin ninguna duda. Ese es el único prisma desde el que debemos concebir en mundo del sexo: el disfrute de ambas partes de la pareja. Vamos, pues a por el resto de beneficios del sexo.
Las relaciones sexuales embellecen la piel. Se ha observado que cuando una persona tiene relaciones sexuales, su piel se vuelve más hermosa. ¿Cuál es la base científica para esto? Cuando una persona hace el amor, su cuerpo produce más estrógeno. El estrógeno es una hormona sexual que ayuda a mantener el cuerpo liso. Además de esto, el sudor producido hace que la piel brille.
Tener relaciones sexuales mitiga el dolor: ¿Sabes que el sexo es un analgésico natural? El sexo se puede utilizar para aliviar algunos tipos de molestias y dolores como los dolores de cabeza. Tal vez sea prudente ofrecerle a tu pareja sexual alguna dosis de relación sexual cuando se queje de dolor de cabeza.
El sexo es un tranquilizant. Un tranquilizante es una sustancia que promueve la tranquilidad al calmar o pacificar con mínimos efectos sedantes o depresores. Cuando estás alterado, deprimido y solo o bajo estrés, el sexo puede ser la solución a todos tus problemas.
El sexo mejora la circulación sanguínea. Cuando uno se excita sexualmente, la frecuencia cardíaca aumenta. Este aumento de la frecuencia cardíaca mejora la circulación de la sangre a diferentes partes del cuerpo.
El sexo es un buen ejercicio. Es agradable y seguro. Una persona puede hacerlo para mantenerse saludable. También ayuda a quemar el exceso de calorías de las grasas que se acumulan en nuestro organismo, sobre todo después de una rica comida.