Menopausia y sexualidad

La menopausia es algo que todas las mujeres han de experimentar. Sin embargo, los efectos no se limitan a su aparición. Durante el período previo  se producen muchos cambios en el cuerpo de la mujer. La producción del cuerpo de hormonas reproductivas como estrógeno, testosterona y progesterona comienza a disminuir y fluctuar. Esta es la principal fuente de problemas sexuales en las mujeres.

El estrógeno es la principal hormona reproductiva femenina. El estrógeno juega un papel fundamental en el bienestar general de la mujer y específicamente asegura que la vagina esté húmeda, bien provista de sangre y que sea elástica y elástica.

Durante la menopausia, las cantidades de estrógeno producidas por el cuerpo fluctúan con una tendencia general a la baja. Esto causa estragos en la vida sexual de una mujer. La ausencia de estrógeno se traduciría en un menor suministro de sangre a la vagina, menos elasticidad y estiramiento de las paredes y el revestimiento de la vagina y también significa una vagina seca. Esto haría que los tejidos de la vulva fueran más delgados, más secos y menos elásticos, una condición que se conoce como atrofia vulvovaginal.

Esta condición también se ve reforzada por la menor lubricación suministrada a la vagina y un mayor pH en la vagina. La mayoría de las mujeres en esta etapa optarían por no tener relaciones sexuales regulares. Desafortunadamente, las relaciones sexuales menos regulares harán la vagina más corta y más estrecha. En este caso, cuando una mujer  intenta finalmente tener relaciones sexuales, es probable que experimente dolor porque la vagina y la vulva están secas, más delgadas y menos elásticas.

Es probable que haya algo de desgarro que provocaría sangrado durante el coito y siempre que haya un intento de penetración. Esto afectaría su deseo sexual ya que asocia el sexo con el dolor. Es preferible que una mujer continúe teniendo relaciones sexuales regulares incluso durante el período de la menopausia, ya que esto ayudará a mantener la vagina húmeda, elástica y gruesa y larga. De esta manera, una mujer seguirá teniendo placer durante las relaciones sexuales.

Aparte de estos efectos directos sobre la vagina, una reducción en las cantidades de estrógeno podría afectar indirectamente la vida sexual de una mujer. Los niveles bajos de estrógeno provocan síntomas de la menopausia como sofocos, ansiedad, estrés, incontinencia urinaria y sudores nocturnos. Esto a menudo agota la energía de una mujer dejándola con muy poco deseo sexual e impulso sexual.

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