Secretos para el sexo ardiente (parte 1)

Os contaremos algunos secretos para conseguir un sexo realmente ardiente. El propósito y el significado del sexo nos ha intrigado y desconcertado a lo largo de los siglos. Varias sociedades han luchado o afrontado el poder del sexo de innumerables formas. Las culturas del Lejano Oriente consideraban al sexo como un ritual místico para lograr la unión con Dios. Por otro lado, el declive del Imperio Romano fue precedido por la degradación sexual y la desmoralización, una disociación completa de la espiritualidad.

Algunas tradiciones británicas y estadounidenses de Oriente Medio y victorianas han escondido el sexo en el armario y debajo de incontables metros de ropa innecesaria. Muchas costumbres africanas antiguas percibían el sexo como un rito de iniciación a la edad adulta, un ritual de apareamiento. Algunas sociedades lo rodean, otras lo ven como un problema y lo transmiten a la siguiente generación para que lo enfrente, y algunas se deleitan con su gloria y éxtasis. Vamos a contaros algunos secretos sobre el sexo y cóm hacerlo más apasionado.

El sexo es un regalo precioso para alguien que es digno de recibirlo. Nuestros dones sexuales son tan valiosos como cualquier otra parte de nosotros mismos que valoramos. Seleccionar a la pareja sexual adecuada para darle y recibir es una decisión tan importante como elegir cualquier cosa a la que le dé un gran valor. El sexo tiene muchas cualidades hermosas que estamos empezando a apreciar. En ralidad, hasta aquí no hemos revelados nuestros secretos.

El sexo tiene tantas formas de expresión. Es hermoso y erótico. Sin duda, también es gentil y asertivo. Es relajante y energizante. Pero, sobre todo, es una conexión única con toda la vida: es espiritual, mental, emocional y física. El sexo es verdaderamente un placer divino. Sin secretos.

Es igualmente importante para definir el sexo descartar lo que no pertenece a su repertorio de imágenes. Debido a que el sexo vende en el mercado y en la oferta con la que nos bombardean a diario, somos propensos a confundir el sexo con muchas cosas que no lo es. Y somos igualmente propensos a confundir el sexo con sus ignorantes definiciones del pasado que nos alejaron de sus placeres ocultos.

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