La ciencia de besar (parte 1)

Besar es una ciencia. De eso no cabe ninguna duda. Algunos estudios han demostrado que los detalles de un primer beso son más memorables que los detalles de cualquier otra experiencia sexual. De hecho, el impacto de los besos es tal que estamos programados para asociar con las emociones positivas desde el nacimiento. Cuando nace un bebé, sus primeras experiencias de amor, comodidad y seguridad generalmente implican algún tipo de beso. Y todo esto, convierte el arte de besar en una ciencia.

Las mujeres tienen una superautopista de ocho carriles para procesar las emociones. Eso es algo de sobra conocido por todos. Por otro lado, los hombres solo cuentan con una pequeña carretera rural. Sin embargo, com también es sabido, los hombres tienen el aeropuerto JFK como un centro para procesar pensamientos sobre  sexo Por el contrario, las mujeres tienen en su lugar un aeródromo cercano en el que aterrizan aviones pequeños y privados.

En la edad adulta, un beso apasionado hace que nuestros vasos sanguíneos se dilaten y nuestro cerebro reciba un aumento de oxígeno. A medida que aumenta nuestro ritmo cardíaco, nuestra respiración se vuelve irregular. Nuestras mejillas se sonrojan y nuestro pulso se acelera. Las pupilas de los ojos también se dilatan, lo que puede ser una razón por la que cerramos los ojos. El beso también enciende una mezcla de neurotransmisores positivos, que incluyen endorfinas, dopamina, serotonina, adrenalina y la oxitocina, la hormona del amor. En definitiva, besar es toda una ciencia.

Estas hormonas son una parte importante en lo de mantener vivo el amor. Por eso, besar más a menudo es una forma segura de redescubrir la chispa en una relación.

Para una mujer, un beso ayuda a determinar la idoneidad de una pareja a través de sus marcadores hormonales. Las mujeres tienen un sentido del gusto y el olfato más fuerte, y los besos brindan la mejor oportunidad para obtener una muestra. Es la prueba de fuego definitiva de la naturaleza.

Para los hombres, los besos con la boca abierta mejoran la testosterona a través del intercambio de saliva. Las mujeres también reciben un aumento en la testosterona, lo que aumenta la libido. Estos hallazgos están respaldados por un informe dirigido por Gordon Gallup en la Universidad de Albany en Nueva York que encontró que los hombres encuestados describieron abrumadoramente los besos como un medio para un fin sexual, mientras que las mujeres informaron que los besos les permitían evaluar cómo se sentía una posible pareja por ellas y si valía la pena mantener la relación .

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