Cuando se trata de cómo realizar tribbing, hay una serie de posiciones que puedes probar. Desde las más básicas hasta las más complejas. Algunas posiciones fáciles de tribbing que son geniales para probar son el misionero, la tijera y la vaquera. Se trata de tres posiciones clásicas que se pueden adaptar muy bien a este tipo de práctica. Además, son bastante sencillas. esto permite que sean ideales para iniciarse en este tipo de prácticas sexuales.
La posición del misionero es un excelente lugar para comenzar para aquellos con menos experiencia con el tribbing. No solo permite la estimulación mutua, sino que deja muchas oportunidades para besarse y tocarse íntimamente. La posición funciona como lo haría normalmente el misionero, sin embargo, la compañera en la parte superior está ligeramente descentrado, lo que permite que ambas piernas se entrelacen. Esto permite la estimulación de la vulva suya y de su pareja contra la parte superior de la pierna de cada una.
Hay una variante de la posición del misionero que puede ayudar a crear contacto vulva con vulva. Sin embargo, esto es un poco más avanzado y mucho más difícil de lograr para principiantes en tribbing.
La tijera es una excelente manera de lograr la estimulación vulvar mutua. La posición de tijera se puede lograr acostándose de arriba a abajo con las piernas a ambos lados de su pareja, lo que permite que sus vulvas entren en contacto. Aunque puede ser fácil lograr la estimulación mutua inicial con bastante facilidad, es probable que tome un poco de tiempo y práctica cuando se trata de alcanzar el orgasmo con la tijera, especialmente si estás trabajando para lograr un clímax mutuo.
La posición de la vaquera se puede adaptar fácilmente para la estimulación de la vulva. La pareja en la parte superior simplemente se mueve ligeramente hacia un lado para que su vulva esté en contacto con el muslo o la parte superior de la pierna de la pareja acostada. A la pareja que está encima puede resultarle bastante fácil llegar al orgasmo. Lo hace frotándose contra su pareja. También permite que la pareja acostada explore el cuerpo del otro.