La temporada de frío puede ser una época difícil para muchas personas. A medida que las temperaturas bajan y los días se hacen más cortos, es común sentir una disminución del deseo sexual también. Sin embargo, no tienes que dejar que esto afecte a tu relación con tu pareja: ¡solo tienes que planificar con antelación cuidándote adecuadamente durante los meses de frío!
Las razones de este cambio de sexo durante la temporada de invierno son variadas, como el clima frío y la lluvia, la falta de vitamina D, el menor movimiento y la obesidad.
Lo primero que debes saber es que cuando se trata de tu salud y bienestar tienes que estar constantemente pendiente de tu cuerpo. Si hay algún problema, hay que tratarlo inmediatamente para que no se agrave o cause más daño del que ya tiene. Por ejemplo: si alguien tiene una lesión en el pie, querrá que su pie se cure antes de que ocurra nada más, porque de lo contrario todo su cuerpo podría acabar haciéndose daño por falta de tratamiento (o incluso algo peor). Así que recuerda que cuando alguien nos dice «estoy bien», esto no significa nada hasta que le veamos alejarse de nosotros hacia otra habitación; de lo contrario, ¡nunca sabremos cuánto dolor está sintiendo realmente en su interior!
Según un estudio realizado en 2016 en el Reino Unido, el 70 por ciento de las personas experimentan una disminución temporal de la libido debido a la falta de luz solar.
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- La falta de luz solar puede afectar a los niveles de testosterona.
- La falta de luz solar puede causar depresión y ansiedad.
- La falta de luz solar puede causar un aumento de peso, así como una deficiencia de vitamina D que puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas como enfermedades del corazón o diabetes.
Según un artículo publicado por la revista Scientific American, la disminución de la libido puede deberse a los cambios estacionales. Las hormonas del cuerpo se ven afectadas por la temperatura, así que tiene sentido que nuestro estado de ánimo y nuestro deseo sexual también cambien con las estaciones. Esto se debe a que nuestro entorno influye en la capacidad de regular nuestros niveles hormonales.