La percepción de la belleza no funciona de igual manera en hombres y mujeres. Al contrario, la percepción que tenemos de las cuestiones estéticas depende del sexo. Un nuevo estudio ha descubierto que hombres y mujeres difieren en su percepción de la belleza. Los resultados sugieren que, al enfrentarse a estímulos estéticos, los hombres experimentan un mayor nivel de activación en su hemisferio derecho que las mujeres.
El experimento, realizado con una muestra de 30 sujetos y publicado en la revista NeuroReport, incluía un análisis del flujo sanguíneo en determinadas regiones del cerebro. Los cerebros de hombres y mujeres respondían de forma diferente cuando se les presentaba una imagen de alto valor estético.
Los resultados fueron sorprendentes: Las mujeres mostraban mayores respuestas que los hombres ante imágenes consideradas atractivas (como las que representaban rostros bellos), mientras que ambos sexos respondían de forma similar ante imágenes percibidas como poco atractivas o neutras. De hecho, ambos sexos presentaban niveles similares de actividad cuando veían imágenes muy poco atractivas, como las que mostraban personas feas o cadáveres de animales en el suelo.»
Los resultados aportan pruebas claras de que las respuestas neuronales a los estímulos bellos difieren entre hombres y mujeres. Los hombres mostraron un flujo sanguíneo significativamente mayor en determinadas zonas del hemisferio derecho, mientras que en las mujeres fue mayor en ambos hemisferios. Este estudio demuestra que la belleza no es solo superficial, sino también neurológica.
El estudio descubrió que los hombres y las mujeres responden de forma diferente a los estímulos estéticos. Los hombres experimentaban una mayor activación en el hemisferio derecho, mientras que las mujeres experimentaban una mayor activación en ambos hemisferios. Se trata del primer estudio que examina esta diferencia.
Los resultados de esta investigación sugieren que existe una diferencia de género en la forma en que percibimos la belleza, pero hay que seguir investigando antes de poder afirmar con seguridad cuál es la causa o si hay otros factores en juego, como la cultura o la educación, que afectan a nuestra percepción del atractivo.
Entender cómo reaccionan nuestros cuerpos y cerebros ante la belleza es una parte clave del desarrollo de la autoconciencia, que puede ayudarnos a tomar mejores decisiones sobre nuestra salud y felicidad en la vida.