Los mitos del sexo anal son muchos. Como con cada cosa de la que no se tienen demasiado conocimiento, aparecen un montón de habladurías que no tienen ninguna relación con la realidad pero que, no se sabe muy bien por qué, se establecen en la sociedad como si fueran ciertas y, como siempre sucede en estos casos, luego resulta muy dificil de desmentir. Pues el sexo anal, sin duda, está entre estos casos. Entre las personas que lo han practicado hay de todo. Desde personas que lo adoran hasta personas que lo odian. En el caso de las personas que lo odian tras haberlo practicado, existen muchas que no tuvieron una buena experiencia, probablemente por no realizarlo correctamente. Pero su opinión está fundada en base a lo que ellos han vivido, Sin embargo, existe una buena parte de gente que se permite opinar sobre ello sin haberlo probado. Probablemnte de este sextor vengan la mayoría de los mitos del sexo anal sin ninguna base.
Autor: Fernando José NuevoLoquo
Un polvo en casa
Echar un polvo en casa, hay veces que no tienen precio. Da igual si llueve, si está tronando o si nos entran unas ganas locas de tirarnos en el sofá para ver la tele. El problema, dirán algunos, es cuando no tienes con quien echar un polvo en casa. La solución, nunca mejor dicho, está en tu mano. O en el el bolsillo de tu pantalón. Son muchas las acompañantes que ofrecen la posibilidad de ir a los domicilios privados de los clientes por lo que ya no hay excusa para no disfrutar en casa del sexo como debe ser
La lubricación vaginal
La lubricación vaginal no es más que la respuesta física que da el organismo de la mujer a la excitación sexual. Podríamos decir que se trata del equivalente femenino a la erección masculina. Sin embargo, debemos pensar, en ningún momento, que por el hecho de haber lubricado, una mujer ya está lista para la penetración. La complejidad en la mujer es mucho mayor que todo esto. Ante todo, hemos de saber que cada mujer es única y que la lubricación vaginal funciona de forma diferente en cada una de ellas.
Gwyneth Pattrow y la sexualidad
Que Gwyneth Pattrow es una de las más bellas actrices del momento es bien sabido por todos, No hay más que verla. Sin embargo, no vamos a hablar desde este espacio de su belleza ni de su faceta como actriz sino de su relación con la sexualidad. Lo cierto es que la bella actriz ha lanzado una página web sobre estilo de vida y se ha atrevido a dar consejos sobre un buen número de áreas de la vida. Así, ha aconsejado a sus seguidores determinadas recetas de cocina, ha recomendado algunas dietas hipocalóricas e, incluso, se había atrevido con el maquillaje o con la política. Gwyneth Pattrow no se ha cortado al hablar de un buen número de temas.
Cosas que no pasan en las fiestas sexuales
Las fiestas sexuales están de moda. cada vez son más las reuniones que ser organizan entre amigos y/o desconocidos con el único objeto de mantener relacioens sexuales de grupo en cualquiera de sos formatos. Se peuden organizar en lugares privados, como el domicilio del anfitrión, en clubes dedicados a ello o en lugares alquilados para la ocasión como grandes chalés, pero también se peuden dar en lugares más o menos públicos, como puede ser un parque público o, incluso, el aparcamiento de un centro comercial. La variedad de ofertas seguro que satisface a casi todos los demandantes de fiesta sexuales.
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Cosas que matan una relación sexual
Zonas no erógenas que pueden serlo
Existen un buen número de zonas no erógenas en el cuerpo que, bien utilizadas, se pueden convertir en erógenas. Todos conocemos las zonas erógenas más comunes. Todos sabemos el placer que se puede llegar a alcanzar con la estimulación de los órganos sexuales, por supuesto, de los pechos de una mujer, del cuello en ellos y ellas, de la zona perineal, también en ambos sexos, o del resto de zonas erógenas. Sin embargo, existen determinadas zonas, consideradas no erógenas, que pueden convertir en fuentes inagotables de placer. Y es que, a pesar de que el número de terminaciones nerviosas es el que es en cada parte del cuerpo, unas caricias expertas pueden compensar su ausencia.