El ritmo y la intensidad sexual

El ritmo y la intensidad sexual son la clave de todo. Si tuviésemos que tener en cuenta dos únicas variables para manejar todo o relacionado con las relaciones sexuales, sin lugar a dudas, las más importantes y más influyentes en el resultado final de la experiencia son el ritmo y la intesidad sexual. Hoy vamos a realizar un pequeño recorrido por estas dos variables imprescindibles para explicar el sexo entre dos personas.

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La estimulación prostática

La estimulación prostática es, sin duda, una de las actividades sexuales más placenteras que un hombre puede practicar. Sin ningún género de dudas. Lo lamentable es que, por culpa de que continúa siendo un tabú que un hombre utilice su ano para recibir placer, la mayoría de los varones no se atreven, siquiera, a hablar de ello. En determinados ámbitos retrógrados se sigue considerando un atentado contra al masculinidad cuando, en realidad, más bien se trata de todo lo contrario. La estimulación prostática, llevada a cabo con la suficiente delicadeza es una forma muy especial de disfrutar de la masculinidad.

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El rechazo en pareja

El rechazo en pareja es , sin lugar a dudas, el principal motivo de todos  para acudir a terapia de pareja. Cuando una de las dos partes que forman una pareja, más o menos estable, se siente rechazada los daños pueden resultar importantes. En general, las gnas de sexo o de apetito sexual se acaban por una de las partes. La otra, en cambio, no ve un areducción en su libido y sigue demandando la actividad sexual que, sistemáticamente, se le deniega. Así es, a grandes rasgos, como suele manifestarse el rechazo en pareja.

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La poderosa sexualidad humana

La poderosa sexualidad humana es realmente asombrosa. Sin dudad, el poder de la sexualidad radica en la cantidad de energía que es capaz de generar. En realidad, todo en el mundo se compone de energía en movimiento. Podemos encontrar este camino intenerante de la energía en el interior de las células o en la lejanía del universo. Pero todo resulta ser energía en movimiento. La cantidad de forma qque toma esta energía es ilimitada. En aprendenr a manejar esa energía es en lo que se nos va la mayor parte de nuestra vida. La importante parte de energía que compone la poderosa sexualidad humana es, sin duda, una parte importante de esta búsqueda.

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El sexo y la edad

El sexo es importante a cualqueir edad. El ser humano es un ser sexual. Desde el mimso momento del alumbramiento, al ser humano le empeizan a suceder cosas relacionadas con su sexualidad. Eso es evidente. En lo que se refiere a las relacionses sexuales tal y como las conocemos, desde que una persona está preparada para enfrentarse ellas comienzan a ser imprescindibles para su vida hasta el final de su vida. Otra cosa es que, en cada época de neustras vidas, nuestros gustos y necesidades relacionadas con el sexo pasan por un importante número de variedades. Pero, sí, el sexo resulta importatne par auna persona a cualquier edad.

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La sexualidad masculina y femenina

La sexualidad masculina es diferente a la femenina. Si bien pudiera parecer una evidencia, no siempre nos resulta así de evidente. Sin embargo, tanto a nivel anatómico como a nivel social, las diferencias que aaparecen son muchas y variadas. Es cierto que desde la Edad Media hasta la actualidad son muchos los periodos en los que la sexualidad femenina ha sido reprimida por las diferentes sociedades por las que el mundo ha ido transitando. Pero también es cierto que hubo un buen número de sociedades avanzadas, también en el ámbito sexual, en épocas anteriores. Los griegos o los sumerios son buenos ejemplos de ellos. En ambas civilizaciones, la importancia social de la sexualidad masculina y femenina era equivalente.

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Los nervios y el sexo

Los nervios, en muchas ocasiones, en mayor o menor medida, suelen hacer su aparición en las relaciones sexuales. Normalmente lo hacen en forma de ansiedad o preocupación. En realidad, cuanod aparece esta sensación suele darse un efecto que retroalimenta la sensación. Es decir, cuanto más nerviosos nos hemos puesto en el transcurso de unarelación sexual, más nerviosos nos pondremos en la siguiente. De tal manera que el efecto no hace más que crecer y crecer. Nuestra preocupación porque vuelva a suceder consigue precipitar los hechos y hacer que la situación se repita. CUando hay nerviso en el sexo, la preocupación hace que vuelva a aprecer en la siguiente ocasión.

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