El sexo de reconciliación, en algunas ocasiones, no es una buena idea. A todos nos ha pasado que hemos discutido por cualquier tontería con nuestra pareja. A todo nos ha pasado que, tras el enfado inicial, nos hemos dado cuenta de que, al fin y al cabo, la discusión era sobre algo totalmente trivial y que, en cualquier caso, quién tuviese la razón sobre esto en particular no era algo determinante para nada. A todos nos ha pasado que, en una situación similar a la descrita, hemos elegido el mejor vehículo para dejar atrás las asperezas: el sexo de reconciliación. Sin embargo, si bien es algo que, en muchas casos, funciona, hay algunas circunstancias en las que no resulta la mejor idea.
