Muchos de nosotros hemos tenido alguna vez una fantasía sexual en la que el agua jugaba un papel importante. Los jacuzzis, las playas de blanca arena o una simple bañera o ducha han alimentado nuestras fantasías más mojadas. Pero lo que no todo el mundo sabe es que el sexo en el agua no es una tarea fácil. Para poder disfrutar de un buen coito dentro del agua hay que saber algunas cosas antes de ponernos manos a la obra.
Lo primero que debemos saber es que el agua hace que la lubricación natural de la vagina desaparezca por lo que es importante a la hora de la penetración usar un lubricante resistente al agua (se recomiendan los que tienen base de silicona), para que el pene no dañe las paredes de la vagina por la fricción.
Para practicar sexo en la playa, hay tres posibilidades. La primera es hacerlo fuera del agua, con lo que es recomendable tener a mano una toalla para poder tumbarnos y que la arena no irrite nuestros genitales. La segunda posibilidad es hacerlo dentro del agua, por ejemplo con él chico en cuclillas y ella sentada rodeando su cintura con las piernas. En esta postura las olas, si no son muy fuertes pueden servir para que ayudarnos a llevar el ritmo. Y, por ultimo, dentro del agua.
Para los que tengan la fortuna de poseer una piscina en casa, o para los que se atrevan en piscinas públicas, hay que recordar que es importante tener cuidado con el cloro, ya que desequilibra la flora vaginal femenina y es muy irritante. Existen lubricantes especialmente diseñados para medios acuáticos, no dejéis de usarlos. Una postura muy adecuada para la piscina es con él sentado en la escalera y ella en cuclillas con los pies apoyados y agarrada a sus hombros. Con esta postura ella será la que dirija tanto el ritmo como la profundidad de la penetración.
En ausencia de playa o piscina, siempre podemos recurrir a la ducha o a la bañera. Quizás sea menos glamouroso, pero está más al alcance de la mano.