¿La felicidad y el sexo tienen relación? Lo cierto es que aquello de ser feliz es una legítima aspiración del ser humano, por supuesto. Más allá de eso, parece que, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda más si cabe. En realidad, más que ponerse de moda el hecho de ser feliz, o el de aspirar a serlo, a través de las posibildiades de exhibicionismo que nos presentan las nuevas tecnologías, lo que realmente se ha puesto de moda es el hecho de tratar de dar al mundo, a gracias a nuestros perfiles en las redes sociales, la imagen de que hemos conseguido esa vieja aspiración.
Parece que todos queremos demostrar constantemente que nos va bien en la vida, que hacemos las cosas más divertidas, tenemos el coche más caro y, por supuesto, el sexo no está fuera de este mercado persa en el que se ha convertido la adaptación a las redes sociales de la vida personal y social de cada cual. Parece que nuestra vida sexual, al menos la versión que hacemos pública, sí que guarda una importante conexión con nuestra felicidad. Al menos, con la cuota de felicidad que mostramos al mundo a través de nuestro Facebook y nuestro Twitter.
Pero y ¿si ignoramos esa fingida felicidad y hablamos de la de verdad? Este asunto es otra historia bastante diferente. Sobre todo porque no resulta sencillo el hecho de conocer qué es lo que, en realidad, pasa por el interior de una persona y la felicidad es algo que funciona, precisamente al nivel más interno de una persona.
Si damos por hecho que lo realmente importante que tenemos en nuestra mano es la posibildiad de vivir para ser felices, no la de vivir para aparentar serlo, estaremos dando un paso hacia adelante en la dirección correcta. Ahí, hemos de decir que la felicidad es posible sin el sexo pero lo habitual es que no sea así. En general, los humanos somos individuos sexuales y sexualizados y excluir de neustra vida ordinaria una parte tan importante de nuestra esencia, indefectiblemente, debería hacer más complicado alacanzar el nivel de felicidad adecuado.