Salir de la rutina es algo que debemos buscar en todo momento. ¿No te parece? Especialmente si tu relación de pareja empieza a resentirse por el paso del tiempo. estas cosas pasan. Debemos poner fin a esta situación de manera inmediata. Son muchas las fantasías sexuales que a cualquier persona nos suelen rondar por la cabeza habitualmente. ¿Verdad que sí? Coger algunas de estas ideas para ponerle un poco de sal y pimienta a nuestras relaciones sexuales siempre es una buena idea. Lo mejor para salir de la ruina, sin duda, es la imaginación. Sobre todo en materia sexual.
Disfrazarse para asumir un rol diferente del habitual en nuestro encuentro sexual es una buena idea para salir de la rutina. Con toda seguridad. Existen algunos disfraces que se pueden considerar auténticos clásicos de este género. Existe una gran variedad. La enfermera y el paciente o la variedad de la enfermera y el doctor, por supuesto, son algunos de los juegos de rol con disfraz más interpretados en las camas del mundo.
Lanzarse al mundo del sadomasoquismo así, de golpe, no es una buena idea. Al menos si no se ha realizado la correspondiente iniciación. Puede ser muy duro. Sin embargo, introducir algo de cuero, un pañuelo de seda para realizar algunas inmovilizaciones o, incluso, algunos azotes en nuestra sesión de sexo no es nada descabellado y es una buena idea para salir de la rutina sexual de pareja. El cuero no es más que una opción. El látex es otra. Incluso la seda. Atar a tu pareja con un pañuelo de seda puede ser muy excitante. Para ambos. Eso es lo que se busca. ¿Te atreves?
Por supuesto que la fantasía sexual más recurrente de cualquier varón es realizar un trío con dos mujeres. Lo que nos sorprende a la mayoría de los hombres es que también lo es para la inmensa mayoría de las mujeres. Sin duda, se trata de una opción bastante atrevida pero estaréis conmigo en que es una excelente idea si de lo que se trata es de salir de la rutina. Poner unos límites que tengamos muy claros todas las partes implicadas resulta algo fundamental para que la situación nos provoque placer a todos y no se nos vaya de las manos. De otra manera no sería una buena idea. De hecho, siempre resulta todo más sencillo y gratificante cuando no existe cercanía afectiva con la tercera persona en cuestión.