Que el frío y el tamaño de los testítulos guardan una íntima relación es algo que sabemos bien todos los varones. Y es que ñas gonadas cuentan con su propio mecanismo defensivo contra las inclemencias del clima. La bolsa escrotal se repliega mientras los testóculos propiamente dichos se meten haci adentro. Esto sucede en inveirno, cuando el clima es especilamente frío pero también, por ejemplo, cuando un varón se mete en agua fría o, por cualquier causa, se experimenta una súbita baja de de las temperaturas.
Lo primero que hemos de saber es que los testículois precisan estar en el exteriro porque la temperatura que necesitan para la producción de espermatozoides ha de ser dos grados por debajo de la del resto del cuerpo. La sensación habitual es que se encuentran a una temperatura superior a la del resto del cuerpo. Sin embargo, es simplemente una sensación que no responde a la realidad.
El escroto, pues, tienen como función proteger los testículos de cualquier amezana externa. Ya sean los impactos o golpes que pudieran llegar a esa delicada zona oel frío más desapacible. Cualquier hombre ha contenplado como el escroto se le endurece y redondea, formando una especie de coraza en torno a los testículos cuando las bajas temperaturas amenazan. Por el motivo que sea. Ya sea por la época del año en la que estamos o por otras circunstancias.
La función de los testículos, como a nadie escapa, es la producción de espermatozoides. Los movimientos testiculares están basadns en la temperatura del exterior y en su reslación con la temperatura corporal. Así, cuando bajan las temperaturas, el escroto se encoge para aprovechar, de esta manera, el calor interno. De esta forma se evita que existan un brusco descenso en la temperatura de los órganos.
Al igual que sucede con los testículos, también existe una relación entre el pene y el frío. El secreto de la erección, como todos sabemos, está en el flujo sanguíneo. Cuando llega el frío y nuestros órgasno internos precisan de una buena cantidad de sanre caliente, los vasos sanguíneos comienzan a contraerse, haciendo que el miembro viril reduzca considerablemente su tamaño.