El masaje sensual

El masaje sensual debería ser tremendamente apreciado. Nuestro cuerpo tiene una tremenda capacidad para experimentar placer a través de nuestros sentidos: gusto, vista, oído, olfato y tacto. Elevar los sentidos hasta el punto de la alegría exquisita es un arte lúdico. El masaje sensual es un medio en el que podemos conectarnos fácilmente con el reino del erotismo y donde podemos relajarnos y explorarnos íntimamente.

Se dice que el tacto es el alimento para nuestras almas y es una experiencia táctil que es vital para la salud, la felicidad y el bienestar general. Una gran parte de nuestro cerebro se entrega a este departamento sensorial y es el sentido principal que desarrollamos. Curiosamente, el tacto es el primer sentido que experimenta un embrión en el útero cuando se acaricia la piel con el dedo o el pulgar. Para un recién nacido, el tacto es el primer punto de contacto con su madre y el mundo en general.

Establecemos una autoestima saludable y aprecio por nuestro propio cuerpo cuando nos tocan. So bre todo, de una manera amorosa. Y desarrollamos estas actitudes temprano en nuestras vidas. Al tener estas actitudes saludables hacia nosotros mismos, podemos crear relaciones sexuales felices y satisfactorias.

Nos gusta que nos toquen. Especialmente como adultos y la promiscuidad. Desafortunadamente, el placer mutuo a través del contacto amoroso y el masaje se descuida en gran medida y se ignoran los sentidos sutiles de nuestro cuerpo.

En la cultura occidental, dominan las sensaciones auditivas y el sexo visual agresivo, y cuanto más embotados se vuelven los delicados niveles de receptividad sensual. El contacto con el cuerpo humano por placer puede llegar a ser moralmente condenado.

Incluso dentro de las relaciones sexuales, la exploración de los sentidos a través del lenguaje del tacto está censurada por las actitudes predominantes de ambos socios. El sexo, generalmente, se convierte en una experiencia puramente genital con el orgasmo y la eyaculación como el objetivo principal en mente.

Al aprender el lenguaje del tacto a través del arte y la habilidad del masaje sensual, podemos descubrir los placeres de la sensualidad de todo el cuerpo. Y encender todo el cuerpo con un placer exquisito. Todos los sentidos de nuestro cuerpo, en particular las respuestas de nuestra piel, unen nuestras realidades externas con nuestras experiencias internas. Es decir, lo que sentimos.

El tacto, la piel y nuestros sentimientos son literalmente inseparables el uno del otro, y tener nuestra piel tocada y acariciada de una manera sensual, tierna y cariñosa aporta un nivel más profundo de ser a lo que significa ser humano.

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