El sexo y el paso del tiempo (parte 2)

Que el paso del tiempo afecta a nuestra forma de relacionarnos sexualmente, es una evidencia. El cerebro mismo también pasa por algunos cambios a lo largo de la vida. El rasgo más importante que aporta el cerebro a la edad adulta y hasta el final de la vida se puede resumir en una palabra, plasticidad. Algo que resulta determinante para todo. También para el sexo.

Los neurocientíficos crearon el término plasticidad para definir la evolución biológica del cerebro cuando se enfrenta a nuevas experiencias o cambios. Así es como aprendemos, desarrollamos y rompemos hábitos, nos adaptamos a nuevas situaciones y entornos, y enfrentamos sorpresas, cambios, desafíos y oportunidades que componen el proceso de vivir. Sin esta plasticidad, cada nuevo encuentro seguiría siendo aterrador e incierto. Fundamental esta adaptación ante el paso del tiempo.

A medida que avanza la edad, el grueso haz de fibras nerviosas conocido como cuerpo calloso disminuye de tamaño. Es a través de estas fibras que las dos mitades del cerebro pasan mensajes, por lo que esto crearía un retraso en lo que anteriormente podría haber sido una respuesta inmediata. Además, la capacidad de cambiar el enfoque de una tarea o idea a otra de manera rápida, fácil y coherente comienza a debilitarse, a partir de la mediana edad, lo que puede conducir a una respuesta de irritabilidad hacia las distracciones que solían manejarse más fácilmente.

Además, tenemos la capacidad de elegir no prestar atención a algo que consideramos sin importancia. Como el tictac del relo, la fiesta ruidosa de un vecino o el goteo de un grifo que gotea. Esta no es una habilidad con la que nacemos. Al contrario, la aprendemos en el desarrollo temprano y comienza a debilitarse más adelante en la vida. Esto puede aumentar la sensación de distraerse fácilmente. El cerebro está preparado para enfocarse en lo que cambia, en lugar de lo que permanece en un estado estable.

Los campos científicos y médicos han comenzado a diagnosticar correctamente a las personas con la enfermedad de Alzheimer. El concepto de que la senilidad es parte del proceso de envejecimiento ha desaparecido lentamente. Si bien la velocidad con la que se pueden hacer las cosas tanto mental como físicamente puede disminuir un poco, la mayoría de las funciones cerebrales permanecen intactas durante toda la vida. El hecho de que su cuerpo no funcione bien por fuera no significa que no funcionará bien por dentro.

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