El sexo y el humor, como no podía ser de otra manera, están profundamente relacionados. De hecho, si hay dos acciones humanas que guardan una estrecha relación, sin duda, son estas dos. Ya lo decía esl escritor George Bernard Show: » la risa es la distancia más corta entre dos personas». Y es que cuando dos personas ríen juntas, todo está hecho. Es imposible que se dé una circunstancia que las pueda unir más que la risa. Además del seox, por supuesto. Así que, queda claro que eciste una potente relación entre el humor y el sexo.
Ambos, humor y sexo, pueden practicarse en solitario. Muchas veces hemos presenciado algo gracioso y nos hemos reído estando solos. Por supuesto. O hemos recordado algo que, en su momento, nos hizo gracia y no hemos podido evitar volver a soltar alguna carcajada. Lo mismo sucede con el sexo en solitario. Todos nos hemos procurado placer solitario en ocasiones. Algunos, llegamos a nivel experto. Pero tanto el humor como el sexo, aunque lo podamos practicar en solitario, es mucho más gratificante cuando se practica en compañía.
No cabe duda de que el humor y el sexo son actividades de caracter social. El vínculo que se establece con una persona con la que reímos y practicamos sexo es, practicamente, irreductible. Ya resulta intenso cuando se da una de las dos circunstancias por separado. Cuando se dan simultáneamente supera todas las espectativas. De hecho, esl difícil que con quien se da una de las dos condiciones no se dé la otra.
Y, para terminar, hemos de comparar el sentido del humor con el sexo desde otra perspectiva. Ambos cuentan con su momento culmen. En ambas acciones existe un punto final en el que se libera una tremenda cantidad de energía y que, además, es capaz de proporcionar una cantidad exagerada de placer. Tanto para el que lo experimenta como para el que lo provoca. Reciben nombres diferentes pero, en ocasiones, pareciera la misma cosa. En el caso del humor, a este instante se le llama risa. Cuando hablamos de sexo, nos referimos a este momento como orgasmo.