Las preguntas que solemos hacernos a menudo sobre la adicción al sexo son muchas. Las últimas entradas de nuestro blog se han dedicado a intentar resolver algunas de las más frecuentes. Continuamos la serie con la entrada de hoy. De nuevo, trataremos de resolver algunas preguntas sobre la adicción al sexo.
¿Qué causó mi aldicción al sexo? ¿Cómo llegué a ser así? No existe una causa definitiva para la adicción al sexo y será diferente para cada persona. Muchos adictos al sexo informan haber sido abusados sexualmente a una edad temprana y haber crecido con una visión distorsionada del sexo y lo que debería ser una vida sexual saludable. Para otros, es simplemente la avalancha de sustancias químicas en su cerebro después de descubrir el alijo de pornografía de un padre o de encontrarlo de alguna otra manera.
Aún otros indican que la accesibilidad de la pornografía en Internet los hizo caer en un ciclo, mientras que hay quienes recurrieron al uso del sexo como un agente adormecedor durante un período difícil de sus vidas y comenzaron a confiar en él como un mecanismo de afrontamiento. Para algunos, que crecieron con abuso, negligencia, abandono y enredo han hecho que busquen otras formas de sentirse bien con la vida y con ellos mismos.
Es importante conocer la causa de la adicción al sexo. Pero quienes se encuentran en el camino de la recuperación no deben buscar detenerse en el pasado inmutable; en cambio, necesitan concentrarse en sus acciones actuales.
¿Ver pornografía e interacción sexual a través de Internet cuenta como infidelidad a mi cónyuge? No para ser simplista, pero puede depender del cónyuge. Ciertamente, muchas mujeres sienten que sus cónyuges que tienen cibersexo o sexo telefónico con otra mujer califica como infidelidad.
Es posible que no reaccionen exactamente de la misma manera que si hubiera sido sexo físico con otra mujer, pero el impacto en una relación puede ser terrible. Primero, la esposa se sentirá traicionada. No confiará en su marido si ha estado ocultando su comportamiento. Puede sentirse mal consigo misma, tal vez pensando que algún fallo de su parte llevó al marido a buscar estas salidas sexuales.
Incluso ver pornografía puede ser un punto delicado para las mujeres. La sociedad ejerce mucha presión sobre las mujeres para que sean físicamente atractivas y sexualmente deseables y pueden sentir que compiten con las actrices en los videos pornográficos. Esto puede afectar su autoestima, incluso si no confrontan a su esposo sobre el comportamiento.